lunes, 23 de marzo de 2020

¡ # ^ f*** ? !

"Y yo experimenté el gran consuelo (o es placer enorme acaso) de proponer lo que es imposible y se sabe que no va a ser aceptado: pues son justamente la imposibilidad conocida y la negativa cierta -el rechazo que hace sino esperar quien propone y toma la palabra antes- lo que permite no tener reservas y ser vehemente y mostrarse más seguro al expresar los deseos que si existiera el más mínimo riesgo de que fueran satisfechos".

¡Pero que c*** es esto!

Juro que he pasado varias veces por esta frase para seguir un orden y encontrarle un sentido, para no perderme entre lo que muestra y lo que esconde. Y no soy capaz. Me pasa por masoquista, aunque me lo he tomado con humor. Me prometí hace tiempo no caer en la tentación de tratar de perdonar a Javier Marías, pero rompí mi autopromesa y volví a desorientarme en sus laberintos de lengua y estilo. Esta vez no me cabreé, me lo planteé como un entretenimiento: enredarme en sus frases eternas, tropezar con sus constantes acotaciones y paréntesis, sus pensamientos encadenados sin interés, su presuntuosa técnica narrativa, el engolamiento de sus personajes... Todas las almas. Qué martirio.

No hay comentarios:

Publicar un comentario