jueves, 14 de noviembre de 2013

DOS TRAGOS DE JOSEPH ROTH


"El plebeyo es ambicioso, el hombre verdaderamente noble es anónimo. En la nobleza innata existe una fuerza que es mayor que la luz que irradia la fama, mayor que el brillo del éxito, que el poder del que vence.”
El triunfo de la belleza

La cita más o menos periódica con la biblioteca me permite ir tachando nombres y novelas de la lista de autores y libros pendientes. Quería entrar en Joseph Roth hacía tiempo y antes de decidirme por su última y más recordada obra, La leyenda del santo bebedor, me lancé de nuevo a la tentadora colección de novelas breves que ofrece la editorial Acantilado. Al azar escogí El triunfo de la belleza y Jefe de servicios Fallmerayer.

De Joseph Roth sabía de su autodestructivo final, ahogado en alcohol y enfermedad, de su carrera militar y de la fría precisión con que su lenguaje describía acciones desesperadas o estados límite. Sumergirme por primera vez en sus relatos me ha desvelado a un autor sin compasión con sus perdedores, a quienes prefiere no juzgar mientras los acompaña hacia su deriva.

En estos libros breves, en parte inspirados por situaciones reales que le afectaban muy de cerca, como la enfermedad de su esposa, Roth se muestra como un misógino rencoroso que lleva al hombre a una perdición amorosa que primero lo quema y después lo anula o que lo elimina directamente. Peleles sin brújula, sus hombres caen presos del encanto repentino de sus obsesiones. La tragedia que los liquida anticipa la propia consumación de este amargo autor.

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