"Me avergüenzo, pero el rock es un rejunte de canallas"
La fiebre beatle
suele distanciarme del fenómeno, del mito, la cultura, la historia… Escucho a
los Beatles cuando nadie habla de ellos, cuando no hay nuevos documentos
sonoros, visuales o gráficos en el mercado ni nadie se pone a recordar lo
grandes que eran y lo mucho que han inspirado a todos. Cae en mis manos, cuando
hace tiempo que no escucho a The Beatles, Lennon, una peculiar biografía escrita
por David Foenkinos ajustada en su extensión (192 páginas), sin caer en el
resumen elemental ni en el análisis profundo. Entro además por primera vez en
este elogiado autor francés, firmante de La delicadeza, confeso devoto de John
Lennon y su grupo. Lo que ha hecho con este libro es jugar con truco y amar a
la figura, al hombre. A modo de sesiones terapéuticas, Lennon repasa ante un
psiquiatra imaginario casi de todo: infancia, juventud, abandono, música, éxito,
drogas, fama, Beatles, Paul, Yoko, confusión, ruptura, soledad, rabia, leyenda,
sufrimiento…
Nada es falso en
Lennon, todo es real puesto en la pluma de una autor que entra en la mente de un
personaje que conoce muy bien. Foenkinos reflexiona en el pellejo de Lennon, un
tipo al que admira en su totalidad, cuando es brillante y cuando es malvado. Los
defectos humanizan a un humano al que la fama perturbó después de la constante
desilusión que había sufrido siendo un chaval. Lo odias cuando renuncia a atender
a su primer hijo o cuando ignora al expulsado Pete Best; te indigna su dependencia
de Yoko Ono; te compadeces cuando alcanza la satisfacción y sabes (él no) que
le queda tan poco de vida.
Y recuerdas a
The Beatles y su historia única, la de la vida misma que florece y se marchita.
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