El hogar abre sus puertas a nuevas lecturas y el montón de libros que esperan para ser leídos en la esquina del mueble se hace cada vez más alto. Las fechas en que todos nos queremos tanto (o no) traen a Bolaño, a Modiano, Sillitoe, Pérez-Reverte, Pizzolato, la vida de Nina Simone y un par de guías prácticas para hábitos nuevos que nos ocuparán tiempo y cambiarán la vida. Mientras, siguen esperando, desde no hace mucho tiempo, Eugenides, Munro, Barnes o PD James; desde hace más, Cohen, Kundera, Trumbo o Claudel.
2015 no me
dejará tanto tiempo para leer, lo sé. Lejos quedarán, me temo, los siete libros
por mes digeridos en 2014. Fueron otros tiempos. Pero trataré de encontrar rendijas
entre las futuras ocupaciones para deslizarme entre párrafos, diálogos y
descripciones, para completar las horas con el elixir viajero y curativo de las
páginas de nuestros libros.
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