Todos los días son para mí el Día del Libro. Yo regalaré
uno, quizá me regalen otro. No importa, tengo páginas de sobra en los estantes
que me piden cada día que las abra. En un rato me sentaré en mi trono, desde
donde navego hacia islas con piratas, vuelo a balnearios para gente que se
extinguen y llego a selvas envueltas en tinieblas. Ficciones o memorias, invenciones
o verdades. Un día en el que no pase un libro por nuestras manos es un
desperdicio. Feliz lectura.
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