Escribir.
Resumir,
informar, transmitir, compartir.
Hay libertad
para todo.
Traducir un
informe de gestión al lenguaje de un reportaje. Narrar las etapas de un suceso.
Condensar los 90 (o 120) minutos de un partido de fútbol infumable en cuatro párrafos
que envolverán pescado o recogerán mierda de perro. Contarle a los demás lo que
yo pienso aunque a nadie le importe pero creer que a alguien le importa. Hacer
literatura. Leer.
Palabras que se
lleva el viento y desaparecen.
Contar de
corrido, sin puntos pero con comas, lo que rodea a un hecho traumático en 58 páginas.
Extender hasta las 400 y pico páginas cuatro historias entrecruzadas que
ocurren en el espacio de tres días y que no tienen ningún encanto. Describir en
tercera persona la insulsa historia de amor entre dos personas con lirismo pedante
y empacho descriptivo. ¿A quién le importa?
Mauvignier.
Ammaniti, Salter. ¿Y ahora qué coño voy a leer?
No hay comentarios:
Publicar un comentario