Hace unos
cuantos años un buen amigo con el que compartía charlas sobre música y cine (y
salpicaduras de aborrecible fútbol) me recomendó leer a Ted Gioia. Él era (y
es) más aficionado al jazz que yo y por entonces yo empezaba a mostrar un interés
constante por explorar diversos caminos de esta fascinante música. El consejo
que me dio fue dedicarle una lectura a Historia del jazz, un grueso volumen que
no tardé en comprar y leer y, que me reveló con meridiana claridad y preciso
vocabulario no pocas claves para atender e intentar comprender los no siempre
fáciles misterios que plantea el jazz. Gioia, su autor, es un respetado y
prestigioso crítico e historiador de jazz, además de músico, y su criterio a la
hora de evaluar a autores, sus discos y composiciones, estilos o periodos del
jazz no merece dudas o discusión alguna. Sus juicios, además de bien
fundamentados, se ajustan a un equilibrio en el que nunca colisionan el crítico
riguroso y el apasionado cerebral, los terrenos tantas veces discrepantes de lo
objetivo y lo subjetivo.
A Gioia he
vuelto ahora para refrescar mis incursiones frecuentes en el jazz con un
volumen más delgado y sencillo, Cómo escuchar jazz, un libro que hace gala de
las mismas virtudes que su extensa profundización histórica. Parece un texto
escrito de memoria, sin apenas consultas para dar orientaciones clarificadoras
sobre el origen de esta música, su relación con otras corrientes, su lógica
evolución y los nombres fundamentales que la engrandecen. Es una obrita
ejemplar para principiantes y seguidores poco rigurosos, pero también para
quien desea ahondar más en esta música que cada vez le va gustando más.
No hay comentarios:
Publicar un comentario