lunes, 25 de noviembre de 2019

LA LIBERTAD... BY FRANZEN

Libertad para ser coherente con unos principios, para realizarse como persona, para no depender de nadie, para no rendir cuentas, para amar y para odiar. Un sueño en extinción. Sobrevivir a lo que nos hace vulnerables. En las junglas de asfalto, a cielo abierto en la naturaleza, en las cárceles del hogar.

Libertad (2010) entierra Las correcciones (2001). ¿Gran novela americana? Paso de tan elevadas categorías. Desconozco si entre los acólitos de Jonathan Franzen hay preferencias claras entre una y otra obra o las dos compiten en admiración. Con la primera en el tiempo me atraganté, me quedé sin aire por momentos, incapaz de agarrarme a elementos afines o de simpatía; con la que le sucedió nueve años después salgo a flote y me dejo arrastrar por los lazos que la familia Berglund y su amigo íntimo Katz me ofrecen. Con el telón de fondo de la crisis económica de la pasada década y la desmedida ansia materialista de la sociedad americana, Franzen, tan ambicioso como reflexivo, escarba en su celebrada novela Libertad en las contradicciones, deseos, frustraciones, angustias y supervivencias de quienes nos aferramos a unos ideales o tratamos de atraparlos. Con éxito y sin él.

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