martes, 9 de julio de 2019

JUSTICIA PARA BERNHARD SCHLINK... OLGA



"Nunca le sacarás todo el partido a lo que te ha tocado si no lo aceptas."


¿No te llenan de júbilo y escalofrío esos momentos en los que te das cuenta de que lo que estás leyendo alcanza lo sublime, y las palabras trazan una historia predestinada a permanecer en ti para siempre? ¿No crees que en esos momentos la escritura es el recurso más noble que eleva una emoción a la esfera de lo sagrado? No sé si exagero, puede ser, pero es que así, como describo, me he sentido alguna vez, y Bernhard Schlink ha sido el responsable de que mis sentimientos llegasen a ese éxtasis con dos de sus libros: El lector y Olga, su última novela. Sí, Olga me parece una obra maestra, como en su día dije de El lector. Y todo lo que firma el juez Schlink que hasta ahora le he leído me encanta.
Olga, como en otras de sus obras, navega por la historia de un personaje llamado al aislamiento y en lucha con su entorno adverso a través de otros ojos y en el curso de la historia, de los años que pasan por una Alemania entregada a la conquista. La novela retrata desde tres ángulos el frustrado (o incapaz o imposible) amor de Olga y Herbert, en la carne y en la distancia, en momentos furtivos y en cartas perdidas, con el trazo delicado de una mujer entera y admirable, una hermosa hoja caída de un árbol que se pierde entre el polvo tragada por el viento.

Pocos libros entran en mí hasta arrancarme alguna lágrima. Schlink lo ha conseguido por segunda vez.

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